El país quedó en shock cuando se conoció un caso digno de una película de horror: recién nacidos saludables falleciendo en cuestión de horas y detrás, la sospecha de que una enfermera era la responsable. Tres años más tarde, un jurado popular debe dictaminar este miércoles el destino de Brenda Agüero, la imputada por el fallecimiento de cinco bebés en el hospital Materno Neonatal “Ramón Carrillo” de Córdoba.
Agüero, de 30 años, también está siendo procesada por intento de homicidio en otros ocho casos, en los que los bebés lograron sobrevivir. Según la acusación fiscal, ella habría administrado insulina o potasio, resultando en consecuencias fatales para los pequeños.
Inicio del juicio
El juicio, que comenzó el 6 de enero, ha sido uno de los más significativos en Córdoba. Durante seis meses de audiencias, se examinó la posible implicación de médicos del hospital, incluyendo a su ex directora, Liliana Asís, y a otras figuras públicas como el ex ministro de Salud de la provincia, Diego Cardozo.
Sobre ellos pesa la acusación de encubrimiento, al igual que sobre el ex secretario de Salud, Pablo Carvajal, y el ex jefe del Área Legales del ministerio, Alejandro Gauto. Julio Escudero Salama, quien fuera subdirector de Gestión Administrativa, enfrenta cargos por omisión de deberes públicos en conjunto con encubrimiento.
Implicación de los profesionales
En cuanto al personal del hospital, las doctoras Elizabeth Ringelheim, Martha Gómez Flores y Adriana Moralez están acusadas de incumplimiento de deberes y encubrimiento, mientras que a Alicia Ariza, ex jefa de enfermería, y a la pediatra María Alejandra Luján, ex coordinadora de Terapia Intensiva, se les imputa el incumplimiento de deberes.
Según información de La Voz, el veredicto se basará en los votos de ocho jurados populares, más los de dos jueces del Tribunal técnico. No se requiere unanimidad, una mayoría simple basta; en caso de empate, la jueza Patricia Soria intervendrá.
Incidentes desgarradores
El horror comenzó el 18 de marzo de 2022. Esa mañana, Francisco, un recién nacido, se agravó y falleció, siendo el único bebé nacido por cesárea entre los casos. Su madre, Vanessa Cáceres, quien lideró un fuerte reclamo de justicia, relató en el juicio que “le destrozaron el corazón”. Ese mismo día, Uma, hija de Natalí Martínez, también sufrió una descompensación, pero sobrevivió.
Un mes después, Benjamín, el hijo de Damaris Bustamante, murió. Damaris brindó un emotivo testimonio sobre la violencia obstétrica que soportó, afirmando que la enfermera Agüero le había dicho: “Si tu hijo muere, será tu culpa”. Poco después se presentaron otros casos: Francesca, Luna e Isabella, todas lograron recuperarse tras quedar hospitalizadas.
Inicialmente, culparon a la administración de vitamina K de los incidentes, hasta que el séptimo caso, el de Gino, mostró dos inyecciones en sitios diferentes, desechando esta teoría.
El 1° de mayo, Junior, hijo de Brenda Leiva, sufrió un aumento de insulina, extendiendo su hospitalización por 12 días. Dos semanas más tarde, Julieta Guardia perdió a Ibrahim, y aunque se le dijo que fue una muerte súbita, no se realizó autopsia tras una recomendación del hospital en contra.
El fin de semana que siguió fue el más trágico, dejando dos bebés fallecidos, Melody y Angeline, durante una madrugada del 6 de junio. Angeline fue la primera en ser autopsiada, revelando un exceso de potasio. Melody, junto a otra bebé llamada Pilar, sobrevivieron gracias a una intervención médica oportuna.
Investigación y cargos
Tras esos sucesos, 23 empleados fueron licenciados sin informar a la Justicia. No fue hasta que Francisco Luperi, esposo de una anestesióloga del hospital, planteó la denuncia el 4 de julio, que el caso llegó a manos de la fiscalía, la cual llevó a cabo allanamientos y detuvó a Agüero el 19 de agosto.
Durante las audiencias, las madres reconocieron a Agüero como la enfermera que los atendió. Se encontraron documentos sobre los efectos del potasio en su móvil, pero ella sostiene que fueron aportes de formación laboral, defendiendo su inocencia y culpando a los medios por la idea de “asesina serial” que se le atribuyó.
Los peritos cuestionaron uniformidades, pero afirmaron la evidencia de homicidio en las muertes de Angeline y Melody, además de corroborar inyecciones externas en tres casos sobrevivientes. Detectaron potasio e insulina en niveles anómalos, concluyendo que las sustancias fueron aplicadas externamente.
Asegurando su integridad, la perspectiva del fiscal Ruiz Moreno sobre el ex ministro Cardozo fue indulgente, elogiando su integridad y alegando que no podía encubrir lo que desconocía, a diferencia de los querellantes que reclamaron penas severas. Las acciones o inacciones de los funcionarios están bajo un escrutinio intenso.