Relato de la madre sobre el ataque en el colegio
“Le hicieron pasar por un rito de iniciación porque lleva apenas un mes en la escuela. Hace una semana ya había recibido amenazas”. Así de clara es Jael Aponte, madre del niño de 12 años agredido por tres compañeros en una escuela de General Rodríguez. Conversa con Clarín en el segundo piso del hospital donde su hijo espera ser operado para reparar el daño craneal provocado por el ataque. “Le daban golpes en la nuca mientras corría y quisieron acabarlo con esa patada en la frente”, explicó.
El estado del niño tras la agresión
Aponte relata además que llegaron al barrio hace cuatro meses. Indica que Brian “está consciente pero tiene dificultades para hablar”. A las 14 horas será intervenido quirúrgicamente para colocarle una prótesis de titanio en la frente. “Ortiva, dame más”, fue la amenaza proferida por uno de sus compañeros a su hijo.
Problemas de seguridad en el colegio
La madre también está disgustada con las autoridades escolares. No tiene claro cómo fue atendido su hijo después de la agresión. Según ella, el ataque se produjo tras la segunda salida de Brian para comprar chocolates en un kiosco cercano, al que los alumnos acceden porque “el alambre de seguridad no existe, los chicos entran y salen como quieren”, menciona. “Ya le habían pedido chocolates la primera vez, por eso se rehusó a dárselos nuevamente. Intentó huir después de ser empujado, pero lo tiraron al suelo y no pudo llegar a la preceptoría. Lo dejaron inconsciente a base de patadas”.
Testimonios de la familia y amigos
“No es un caso aislado. En esa institución hay casos de violencia. El alambrado estaba roto, por ahí fue donde ingresaron los chicos del otro turno a exigirle las golosinas a Brian. Él es muy bondadoso pero ya les había dado antes y podría considerarse que fue víctima de acoso”, una amiga de la familia comenta brevemente con Clarín antes de ser llamada para entrar a terapia pediátrica a ver al niño.
En el segundo piso del Hospital Vicente López y Planes se encuentran también el tío y la abuela del niño.
“Había un portón que supuestamente fue robado, nunca se reemplazó con un alambrado. Por eso, cualquiera entra y sale durante el recreo”, añaden.
El caso cuenta con tres imputados: dos menores de 14 y 15 años, quienes están bajo una medida de seguridad en un centro de contención de la niñez de la Provincia; y uno de 17 años, en un centro de recepción.
Según fuentes judiciales, los tres implicados eran estudiantes de la escuela y ese día no asistieron; estuvieron del otro lado del cercado. En la investigación se descubrió que el joven de 17 años habría acusado a los de 14 y 15, pero los testimonios indican que él propinó los golpes más severos, incluyendo la patada en la cabeza.
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